El día que quise rendirme y una conexión en LinkedIn me salvó
- Ivan Gabriel Keclach
- 19 ene
- 3 Min. de lectura
Todos enfrentamos momentos en los que parece que todo esfuerzo es en vano. Para mí, uno de esos días llegó en un momento crítico de mi carrera. Las cosas no estaban saliendo como esperaba, y la frustración comenzó a ganarme. Sentí que estaba empujando una montaña que simplemente no se movía.
Ese día, mientras miraba mi computadora, con la tentación de apagar todo y darme por vencido, algo inesperado sucedió: una notificación de LinkedIn. Una simple conexión me devolvió la claridad y el enfoque que tanto necesitaba.

El momento de desmotivación
Había estado trabajando sin descanso en un proyecto que simplemente no despegaba. Había invertido semanas construyendo estrategias, enviando mensajes y publicando contenido, pero los resultados no llegaban.
Ese día, después de revisar mi bandeja de entrada vacía y una publicación que apenas tuvo interacciones, sentí que había llegado al límite. Me preguntaba: "¿Realmente vale la pena todo esto? ¿Estoy perdiendo mi tiempo?"
Estaba al borde de rendirme, considerando abandonar LinkedIn por completo y buscar otro camino. Pero, antes de cerrar la plataforma, una notificación llamó mi atención.
La conexión inesperada
Era un mensaje de alguien que había comentado una de mis publicaciones semanas atrás. Decía:
"Hola Iván, solo quería agradecerte por lo que compartiste sobre cómo superar desafíos en LinkedIn. Me inspiró a ajustar mi estrategia, y gracias a eso, logré conectar con un cliente importante. ¿Podemos tener una charla breve? Me encantaría saber más de lo que hacés."
Ese mensaje fue como un golpe de realidad. Mientras yo pensaba que mi trabajo no estaba generando impacto, alguien del otro lado había encontrado valor en lo que hacía. Esa simple interacción me recordó que, aunque no siempre veamos los resultados inmediatos, cada esfuerzo suma.
La conversación que cambió todo
Decidí responder el mensaje y agendar una llamada. Durante nuestra charla, esta persona me contó cómo mi publicación lo había ayudado a superar un bloqueo similar al mío.
Esa conversación no solo me devolvió el enfoque, sino que también me inspiró a seguir adelante. Me di cuenta de que, incluso en los días más difíciles, el impacto que generamos en los demás puede ser mayor de lo que imaginamos.
Además, esa conexión inesperada terminó convirtiéndose en un cliente que marcó un punto de inflexión en mi negocio.
Lo que aprendí de ese día
Tu Trabajo Importa, Incluso Si No Lo Ves: Nunca subestimes el impacto que podés tener en otras personas, incluso si no recibís feedback inmediato.
Las Relaciones Son el Corazón de LinkedIn: Una interacción genuina puede cambiar no solo tu día, sino también tu perspectiva.
No Te Rindas en los Momentos Difíciles: A menudo, los días en los que queremos rendirnos son los que nos llevan más cerca del cambio.
El poder de una conexión
Ese día, una simple interacción me enseñó que rendirse no es la respuesta. LinkedIn es más que una plataforma para generar leads o publicar contenido; es un espacio donde podés construir relaciones significativas, incluso cuando no las estás buscando activamente.
Hoy, miro hacia atrás y agradezco no haber cerrado esa ventana. Porque en los momentos en que todo parece perdido, una conexión puede ser justo lo que necesitás para recordar por qué empezaste.
Y si estás pasando por algo similar, quiero decirte esto: seguí adelante. Tu próximo mensaje, tu próxima publicación o tu próxima conexión podría ser el momento que te devuelva el enfoque. Tal vez, incluso, sea la interacción que cambie tu vida.
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