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Lo que LinkedIn me enseñó sobre liderazgo

  • Foto del escritor: Ivan Gabriel Keclach
    Ivan Gabriel Keclach
  • 19 ene
  • 3 Min. de lectura

Cuando pensamos en liderazgo, solemos imaginar escenarios tradicionales: dirigir equipos, tomar decisiones estratégicas, motivar a otros en reuniones presenciales. Sin embargo, LinkedIn me mostró que el liderazgo también se puede construir desde un lugar inesperado: a través de las conexiones digitales, las interacciones y el valor que aportás en una comunidad profesional.

No me di cuenta de esto al principio. Para mí, LinkedIn era una plataforma para prospectar clientes, publicar contenido y construir mi marca personal. Pero, con el tiempo, descubrí que cada interacción era una oportunidad para aprender, inspirar y guiar, no solo a otros, sino también a mí mismo.



El Comienzo: Aprender a Escuchar

Una de las primeras lecciones de liderazgo que aprendí en LinkedIn fue el poder de escuchar. En un entorno donde todos están intentando destacar, ser alguien que se toma el tiempo para prestar atención a los demás es un acto de liderazgo en sí mismo.

Comencé a interactuar de manera genuina con las publicaciones de otras personas. No solo daba “like”, sino que dejaba comentarios reflexivos, haciendo preguntas o compartiendo ideas.

Esto me llevó a algo fundamental: entender que un buen líder no solo habla, sino que escucha activamente. LinkedIn me permitió conocer perspectivas de profesionales de diferentes industrias y contextos, lo que amplió mi visión y fortaleció mi capacidad para empatizar y conectar.



El Desafío: Compartir Mi Propia Voz

Otra lección clave llegó cuando comencé a publicar contenido. Al principio, dudaba. Pensaba: “¿Quién soy yo para hablar sobre esto? ¿Qué pasa si no le interesa a nadie?” Pero me di cuenta de que el liderazgo no significa tener todas las respuestas, sino ser lo suficientemente valiente para compartir tu experiencia y, al hacerlo, inspirar a otros.

Mis publicaciones más impactantes no fueron las que ofrecían consejos técnicos, sino las que mostraban mi lado humano:


  • Errores que cometí y cómo los superé.

  • Desafíos que enfrenté y las lecciones que aprendí.

  • Historias de pequeños logros que me llevaron a grandes cambios.


Estas publicaciones generaron conversaciones enriquecedoras y me ayudaron a construir una comunidad que me veía como alguien accesible y auténtico.



La Comunidad: Construir y Guiar

Con el tiempo, mi interacción constante en LinkedIn empezó a atraer a personas que buscaban orientación, desde emprendedores que recién comenzaban hasta profesionales experimentados que querían un cambio.

Respondía preguntas, ofrecía consejos y compartía recursos. Sin darme cuenta, me convertí en una especie de mentor digital para algunas personas.

Eso me enseñó una lección poderosa: un líder no solo busca su propio crecimiento, sino que también trabaja para elevar a los demás. Cada mensaje, cada comentario, cada conexión era una oportunidad para guiar, aunque fuera de manera breve.



La Reflexión: Liderazgo en el Mundo Digital

LinkedIn me enseñó que el liderazgo no siempre se ejerce desde una posición formal. A veces, se trata de pequeñas acciones diarias:


  • Inspirar confianza al compartir tus logros y fracasos.

  • Fomentar colaboración al interactuar de manera genuina con otros.

  • Aportar valor a través de contenido que eduque, inspire o simplemente haga pensar.


En el mundo digital, donde las interacciones son más rápidas y efímeras, estas acciones pueden tener un impacto más profundo del que imaginamos.



Lo Que Aprendí sobre Liderazgo en LinkedIn


  1. La Autenticidad Es Clave: Las personas no buscan líderes perfectos; buscan líderes reales.

  2. El Liderazgo Es Servicio: Cada vez que ayudás a alguien a superar un desafío, estás ejerciendo liderazgo.

  3. El Aprendizaje Nunca Termina: Cada interacción en LinkedIn es una oportunidad para aprender algo nuevo, y un buen líder nunca deja de aprender.




Hoy entiendo que LinkedIn no es solo una herramienta para hacer negocios; es un espacio donde podés construir relaciones, aportar valor y, sí, liderar. Porque ser líder no se trata de tu cargo o tu experiencia; se trata de cómo impactás en los demás, incluso en algo tan simple como una red social profesional.

Y esa lección, para mí, vale más que cualquier título.



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